
Ese día tuvimos una invitación muy especial para almorzar en la casa de Elsa y Hermógenes, los padres de Eduardo. Hermo (como le dicen todos), es un excelente cocinero y ese día se esmeró para que degustáramos una deliciosa Paella a la Valenciana de pollo y conejo.
Realmente estaba exquisita.
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