Este fue un día muy especial. Comenzamos con la celebración de la Eucaristía en la Basílica de San Pedro.
A las 7:00 a.m. estuvimos en la puerta de entrada a la Basílica, ya había un grupo de unas 150 personas en donde se destacaban varios sacerdotes, todo con la ilusión de celebrar una Eucaritía en este templo de tanto significado para nosotros los católicos.
La Eucaristía se puede celebrar en varios lugares simultánemente. Hay un sótano, el cual cuenta con varias capillas y en un sector de la nave central encontramos varios altares para celebrar.
En cuanto abrieron las puertas, todos los sacerdotes que iban a celebrar, se dirigieron rápidamente a la sacristía para obtener el permiso y los elementos, si se copan, se debe esperar un poco a que vayan terminando las celebraciones para poder ocupar la capilla o el altar.
Algunos sacerdotes celebran solos, otros van acompañados y los laicos que se llegan en ese momento y que no acompañan a un sacerdote, se unen a alguna de las celebraciones que se esté realizando.
En nuestro caso fue muy bello porque se unió a nosotros una pareja de vietnamitas con quienes sentimos una gran unidad en el Espíritu a pesar de la gran diferencia en el idioma.
Fue un excelente comienzo para este día dedicado a conocer diferentes lugares de la ciudad eterna.
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