En la Basílica de San Pablo, tuvimos otro gran momento de renovación espiritual. Varios de nuestros amigos nos habían recomendado oración por ellos y sus familias en este lugar. Aquí en el lugar en donde reposan los restos de San Pablo y en donde se encuentran muestras de los momentos difíciles que pasó por anunciar el evangelio, como lo son las cadenas con las cuales sujetaron sus manos y sus píes, se percibe una fuerza de Dios que impulsa a seguir adelante en este camino de anuncio de la Buena Nueva.
Pedimos a Dios por todos los misioneros y misioneras para que con valentía, sigan el ejemplo de Pablo, en cuya tumba, oramos por el Plan Sembradores de Hombres y Mujeres de Futuro.
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