A las 5:30 a.m. estuvo en la puerta el taxi para llevarnos a la estación en donde tomamos el autobús en el cual viajamos durante una hora para llegar al aeropuerto. Hacia las 6:00 a.m. comenzó a nevar de tal forma que los vuelos se atrasaron dos horas. De todas maneras fue un bello espectáculo, el cual disfrutamos, sobre todo porque estuvo acompañado de las maniobras que se deben realizar para quitar la nieve, de la pista con unos vehículos especiales y de los aviones con potentes chorros de agua que les lanzan desde unos camiones que tienen un brazo largo en cuyo extremo hay una canasta en donde están los operarios que manipulan las mangueras.
Por fin, las 11:30 a.m. levantamos vuelo hacia Roma.
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